Tendencias en alimentos

Pocas actividades son tan importantes para el ser humano como la alimentación. Es por ello que diversos investigadores están buscando recetas más naturales, con nuevas técnicas e ingredientes no tradicionales. 

Entérate de las tendencias que se vendrán en los próximos años:

La industria quiere ser natural: varias de las investigaciones apuntan a industrializar recetas naturales. Por ejemplo, realizar pastas untables de remolacha y zanahoria, hortalizas que proveen antioxidantes. Tambíen podemos mencionar a la quinua, un seudocereal americano con alto contenido de proteínas, que investigadores está tratando de convertir en snacks.

Se probó realizar una mermelada con arándanos (fuente de antioxidantes) y yacón, un cultivo de origen andino con azúcares de bajas calorías e inulina (fibra). 

Otro snack que vale la pena destacar es que está desarrollado con calabaza y batata. La ventaja es que este tentempié contiene mucha fibra y es libre de gluten.

El regreso de los lácteos enteros: por mucho tiempo se pensó que los lácteos descremados eran mejores que los productos enteros. Sin embargo, hay una tendencia mundial hacia los productos “full fat”.

Las razones son que estos productos no demostraron aumentar el riesgo de tener alguna enfermedad cardiovascular ni tampoco ser un disparador de obesidad, según los últimos estudios científicos.

Alta presión para conservar: los jugos de frutas comerciales tienen poco que ver con el gusto real. Eso se debe al proceso de calentamiento y los aditivos que llevan estos productos. La opción podría ser el uso de la alta presión continua sin calor. Con esta técnica el sabor y el valor nutricional se mantienen inalterables durante un año y a temperatura ambiente. A nivel internacional existen más de 150 productos que utilizan la alta presión como método de conservación.

Avanzan los envases activos: ya es un dogma en la industria: el envase no sólo debe contener el producto, sino también debe tener un efecto beneficioso. Por ejemplo, extender su vida útil. Para ello, algunos envases activos incorporan componentes que liberan o absorben sustancias hacia o desde el alimento envasado o del entorno para evitar la oxidación o la formación de hongos. De esta manera se disminuye la carga de aditivos en los alimentos, otro beneficio para el consumidor.

Panes más nutritivos: en Argentina, el pan de trigo es un alimento masivo. Varias investigaciones están buscando formas de hacerlo más nutritivo sin que pierda su característica más atractiva: la miga. Entre estos aditivos estudiados figuran calcio e inulina (fibra), o harina de algarroba (fuente de fibra y proteína).

Harina de lombriz: otros investigadores están buscando incorporar proteínas de fuentes alternativas. Los insectos son los más conocidos. Otra alternativa son las lombrices. Su harina tiene un alto valor de proteínas y minerales, según un trabajo exhibido en el congreso. La única barrera es cultural, aseguran los científicos. México, China y Japón ya la han incorporado en su industria.

Ensaladas listas no tradicionales: una ensalada de perejil y hojas de remolacha puede resultar extraña, pero es una indudable fuente de sustancias antioxidantes. Los científicos están evaluando vegetales no tradicionales para crear mix en bandejas listas para consumir. El objetivo es fomentar el consumo de nuevas fuentes de micronutrientes y también dar valor agregado a lo que actualmente se consideran desechos o subproductos alimenticios.

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos



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